Consolidación del Frente Sandinista de Liberación Nacional durante la dictadura somozista

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La conformación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) supuso un reagrupamiento de fuerzas que confluían en torno a la oposición a la dictadura de la familia Somoza, que había gobernado Nicaragüa desde 1936. El surgimiento del frente se da al calor de la Revolución Cubana de 1959, que mostraba un horizonte a seguir en cuanto a la estrategia que hiciera posible la consecución de una revolución nacional.

En una primera etapa utilizaron el modelo foquista utilizado por los guerrilleros cubanos, que consistía en la consecución de un alzamiento a partir de la construcción de un campamento base en la montaña, compuesto por una guerrilla rural apoyada por el campesinado, que sería el detonante de una insurrección general que posteriormente derrotaría a la dictadura sin importar el apoyo de los EEUU.

La dificultad de este planteamiento radicó en que los campesinos no poseían el interes ni las herramientas necesarias para plegarse en una lucha revolucionaria que liberará a Nicaragüa. Esto situación se observo en el selección del sitio donde se instaló el campamento, en la región del noroeste de Metagalpa, que si bien contaba con un gran número de campesinos viviendo allí, éstos vivían en un atraso muy elevado, sumado a que la mayoría no hablaba español y no llegaban a entender la propuesta que el frente le estaba indicando. También el aislamiento con los sectores campesinos de las zonas montañosas al punto de no tener casi ningun contacto con ellos fue un error que Carlos Fonseca (lider del FSLN) reconoció.

En esta situación y con un mando rotativo semanal que no tuvo éxito, la operación fue abandonada cuando un grupo fue prácticamente aniquilado a partir de una emboscada de la Guardia Nacional en 1963. Estos hechos hicieron replantear la estrategia del frente.

La nueva estrategía consistía en la preparación política del campesinado (que era la población mayoritaria por encima de los obreros industriales) y el establecimiento claro de un programa de acción concreto que resumía la demandas del frente y que buscaban interpelar a la sociedad. En esta etapa se empezó a consolidar lo que Laclau llama «cadena de equivalencias entre demandas insatisfechas» y que implica el agrupamiento de diferentes demandas en torno a un punto común: El fin de la dictadura somosista. La principales demandas contenidas en el programa eran:

  • La Revolución Agraria
  • Legislación Laboral y Seguridad
  • Gobierno Revolucionario y Honestidad Administrativa
  • Reincorporación de la Costa Atlántica
  • Emancipación de la mujer y respeto a las creencias religiosas
  • Política exterior independiente y solidaridad internacional
  • Ejército Patriótico Popular y eliminación de la Guardia Nacional
  • Unidad Centroamericana

Si bien no se abandonó la teoría foquista, la intención del FSLN era hacerse conocer. Uno de los hechos que lo instalaron como un factor fundamental y decisivo de lucha contra la dictadura fue la Gesta de Pancasán, que significó la aniquilación de una columna guerrillera mediante una emboscada de la Guardia Nacional. Este acontecimiento trajo como consecuencia que la sociedad nicaragüense empiece a ver al FSLN como el único actor que representaba una resitencia real al regimen somozista y a considerar a la lucha armada como una herramienta valida para lograr ese fin.

Otro hecho que represento un punto de inflexión sucedió cuando la Guardia Nacional ataca la casa «Las Termópilas» situada en el barrio de Las Delicias del Volga en Managua, con el proposito de aniquilar una celula guerrillera que allí se encontraba reunida. Con alrededor de 300 efectivos, atacó el lugar. Uno de los que estaba en la casa era Julio Buitrago, jefe de la resistencia urbana del FSLN y miembro de su Dirección Nacional. Su decisión fue ordenar a los demás compañeros que abandonaran la casa y en soledad se refugió en la primera planta desde donde resistió 3 horas. Esta operación fue transmitida por televisión y pese a los intentos de desprestigiar al FSLN, la noticia de la resistencia de un solo hombre fue entendida como un sacrificio heroico por la libertad.

Estos hechos que lograron posicionar al FSLN como el grupo lider de la resistencia a la dictadura sandinista fueron los que empezaron a moldear la identidad del frente a partir de la incoporación de disntintos sectores de la sociedad, como el campesinado, los obreros industriales, los estudiantes, los profesionales y un grupo de pequeños empresarios.

Esta lógica de articulación permitió que a partir del significante vacio ( un elemento que le otorga coherencia a la cadena de equivalencias por significarla como totalidad) Sandinismo, se agruparán distintos grupos sociales que tenían demandas diferentes, pero que los unía su rechazo a la dictadura. Lo que ese significante realiza es dar un sentido de proyecto uniforme a esa demandas diferenciadas, aunque no elimina las diferencias, que siguen latentes y en tensión.

Una prueba de la anterior afirmación es la división que se da en 1976 del FSLN. Surgen tres corrientes:

FSLN Guerra Popular Prolongada o GPP: De inspiración guevarista (quien creía en el foquismo como método revolucionario). Su acción estaba en el campo, en la zona noreste de Nicaragua, donde la aceptación por los campesinos pobres fue buena; sostuvieron sangrientos enfrentamientos contra la Guardia Nacional. Creían que estaban listas las fuerzas para derrocar a Somoza. Este sector fue considerado sectario por los otros bloques del FSLN.

FSLN Proletario: Veían al trabajador como «La vanguardia revolucionaria de la lucha por el socialismo«. Su estrategia fue el foquismo, como un intento apresurado de semejanza con la Revolución Cubana. Actuaban en las urbes, con atentados y sabotajes. Consideraban falto de madurez al movimiento revolucionario para poner fin a la dictadura de Somoza.

FSLN Insurreccional o Terceristas: se conformaron a partir de una mezcla heterogénea de demócrata cristianos, marxistas amplios que aceptan el pluralismo, social demócratas, estudiantes idealistas, empresarios y profesores. Su objetivo era poner punto final a la dictadura somozista e instaurar un gobierno demócrata entre las fuerza opositoras. Se organizaban en comandos rápidos y móviles, pasaban del campo a la ciudad y fueron quienes dieron golpes graves a la dictadura.

Como la división no había dado resultados y era necesario reunificarse para dar una suerte de ofensiva final al deteriorado regimen somozista, el marzo de 1979 se firma un acuerdo de unidad por parte de los representantes de las distintas fracciones. Luego se convocó a intensificar la lucha y declarar una huelga general.

Esta reunificación pone de manifiesto la necesidad de una lógica de articulación populista, es decir, la instauración de un frente unificado que tiene en claro e identifica cual es su enemigo y establece una frontera interna entre éste y su proyecto político. Lo que hace la frontera interna es marcar un terreno de diferencias entre nosotros y ellos, que son insalvables. Llevándolo al ejemplo de FSLN se observa que este frente se construye en oposición a un tipo de orden social dominante, la dictadura de los Somoza, que tenía determinadas características (autoritarismo. represión, torturas, persecución a opositores y establecimiento de un sistema económico que favorecía a la oligarquía local en detrimento de la mayoría de la población).

La demarcación de este límite se realiza a través de una construcción discursiva que tiene la intención de disputar sentidos instaurados en el imaginario social (cosmovisión) y que sostienen un tipo de orden social, por lo que configuran un proyecto hegemónico. Entonces, la idea es disputar hegemonía, como el FSLN ya había empezado a hacer con la preparación política del campesinado y la incorporación de diferentes sectores sociales, como los estudiantes y los obreros. La forma de construir ese discurso es a partir de la producción de significantes vacíos que den sustento a la subjetividad popular, como la dicotomía pueblo/poder.

Para aclarar, se entiende por populismo el cuestionamiento del orden institucional «mediante la construcción de un pueblo como agente histórico, es decir, un agente que es otro en relación al orden vigente». Esto implica una división social, entre un nosotros con un proyecto político específico que se contrapone a un ellos, que son los representantes de un orden vigente.

Finalmente, el 19 de julio de 1979 el Frente Sandinista de Liberación Nacional entra en Managua, la Guardia Nacional se derrumba y cae la dictadura de los Somoza, a pesar de los intentos de Estados Unidos de impedir esta insurrección. Después se da lugar a lo que se conoce como «La Revolución Sandinista», en donde el FSLN asume las responsabilidades del gobierno mediante la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.

Camila Aguirre, Licenciada en Comunicación Social (UNLP) y Periodista

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